“Estrellas”
Casi toda la materia que constituye el Universo está atrapada en forma de estrellas. El número de estrellas visibles a simple vista desde la Tierra
se ha calculado en un total de 8.000, de las cuales 4.000 están en el
hemisferio norte del cielo y 4.000 en el hemisferio sur. En cualquier
momento durante la noche, en ambos hemisferios sólo son visibles unas
2.000 estrellas. A las demás las ocultan la neblina atmosférica, sobre
todo cerca del horizonte, y la pálida luz del cielo. Los astrónomos han
calculado que el número de estrellas de la Vía Láctea, la galaxia
a la que pertenece el Sol, asciende a
cientos de miles de millones. A
su vez, la Vía Láctea sólo es una de los varios cientos de millones de
galaxias visibles mediante los potentes telescopios modernos. Las
estrellas individuales visibles en el cielo son las que están más cerca
del sistema solar en la Vía Láctea.¿Qué es una Estrella?
Las estrellas tienen brillo propio porque
en su centro las presiones y temperaturas son lo suficientemente
elevadas como para propiciar que los átomos colisionen entre sí
frecuente y fuertemente. En estas colisiones, a veces se fusionan dos o
más núcleos atómicos para formar uno solo. A este fenómeno se le llama
fusión termonuclear. En su forma más básica, este proceso fusiona cuatro
átomos de hidrógeno para formar un átomo de helio. Estrictamente
hablando, la masa no se conserva en este proceso físico. Si tomáramos
cuatro gramos de núcleos de hidrógeno y los fusionáramos hasta
convertirlos íntegramente en núcleos de helio, no obtendríamos
exactamente los cuatro gramos de helio esperados, sino tan sólo 3.97
gramos.
¿Qué le sucede a la masa aparentemente desaparecida?
Esta diferencia de masa se transforma en energía; concretamente es emitida como radiación de alta energía.
En el centro de las estrellas ocurre el proceso de la fusión termonuclear. Mediante este proceso, básicamente se fusionan cuatro núcleos de hidrógeno para formar un núcleo de helio. Cuatro núcleos de hidrógeno pesan un poco más que un núcleo de helio, la diferencia de masa se transforma en energía.
Esta transformación de materia en energía
es consecuencia de la equivalencia materia-energía, enunciada por
Albert Einstein en su famosa fórmula E=mc2;
donde E es la energía resultante, m es la masa transformada en energía, y
c es la velocidad de la luz (300 000 kilómetros por segundo). La
cantidad de energía que se libera en los procesos de fusión termonuclear
es fabulosa. Un gramo de materia transformado íntegramente en energía
bastaría para satisfacer los requerimientos energéticos de una familia
mediana durante miles de años.
Características
Son objetos de masas enormes comprendidas entre 0,08 y 120-200masas solares (Msol).
Los objetos de masa inferior se llaman enanas marrones mientras que las
estrellas de masa superior parecen no existir debido al límite de
Eddington. Su luminosidad también tiene un rango muy amplio yendo desde
una diezmilésima a tres millones de veces la luminosidad del Sol. El
radio, la temperatura y la luminosidad de una estrella se pueden
relacionar mediante su aproximación a cuerpo negro con la siguiente
ecuación:
donde L es la luminosidad, σ la constante de Stefan-Boltzmann, R el radio y Te la temperatura efectiva.
La energía que disipan en el espacio
estas acumulaciones de gas, son en forma de radiación electromagnética,
neutrinos y viento estelar; y nos permiten observar la apariencia de las
estrellas en el cielo nocturno como puntos luminosos y, en la gran
mayoría de los casos, titilantes.
Debido a la gran distancia que suelen
recorrer las radiaciones estelares, estas llegan débiles a nuestro
planeta, siendo susceptibles, en la gran mayoría de los casos, a las
distorsiones ópticas producidas por la turbulencia y las diferencias de
densidad de la atmósfera terrestre (seeing). El Sol, al estar
tan cerca, se observa no como un punto sino como un disco luminoso cuya
presencia o ausencia en el cielo terrestre provoca el día o la noche
respectivamente.
Nacimiento de las Estrellas y formación de Planetas
Del gas libre que constituye a estas nubes se forman nuevas estrellas, mediante el siguiente proceso:
Debido a
alguna perturbación, una parte de la nube comienza a contraerse ayudada
por la atracción mutua de las partículas que la forman. Este proceso
llamado “Colapso Gravitacional”, hace que la densidad de la porción de
la nube aumente hasta que se constituye un núcleo de alta densidad del
cual se formará una nueva estrella. Dicho evento se da en el interior de
la nube de la cual el fragmento en colapso formaba parte.
Las
nuevas estrellas emiten también emisiones infrarrojas y de radio que sí
logran escapar de la nube y que pueden ser estudiados por los
astrónomos. Los fragmentos de la nube que se colapsan para formar una
estrella deben tener cierta cantidad de energía en rotación, la cual
hace que el colapso se modifique profundamente.
En lugar
de que se forme una esfera cada vez más pequeña, lo que se forma es una
nube aplanada con un núcleo central. De este núcleo se formará la
estrella, mientras que la parte aplanada evolucionará hasta condensarse
en forma de planetas. Como éstos se forman del disco gaseoso alrededor
del núcleo, se explica que los planetas tengan sus órbitas en un mismo
plano. Los astrónomos creen que es un fenómeno común, puesto que lo
observamos en el Sistema Solar y también en Júpiter y Saturno, que
tienen sistemas de anillos y satélites con sus órbitas contenidas en un
plano.
Cuando el
núcleo central comienza a radiar luz y calor, es de esperarse que los
planetas cercanos (interiores /terrestres) sean calentados más que los
planetas lejanos ( exteriores /jovianos).
Dada la
intensidad del disco alrededor del protosol (sol en formación),
comenzaron a chocar y juntarse los granos de polvo existentes en él.
Este polvo está formado por núcleos de material rocoso rodeados por una
máscara de hielos de agua, amoniaco y metano. En los planetas cercanos
al Sol, las cubiertas de hielo se evaporaron, quedadno sólo resistentes
núcleos de material rocoso.
Los
planetas internos se formaron de los núcleos rocosos y son sólidos,
mientras qye en la parte externa, los planetas se formaron de granos que
aún tenían su cubierta de hielo. Por eso son más grandes; los hielos,
al sublimarse, formaron esferas gaseosas. Los núcleos rocosos se hallan
en el centro de los planetas del tipo joviano.
Clasificación de las estrellas
El estudio fotográfico de los espectros
estelares lo inició en 1885 el astrónomo Edward Pickering en el
observatorio del Harvard College y lo concluyó su colega Annie J.
Cannon. Esta investigación condujo al descubrimiento de que los
espectros de las estrella están dispuestos en una secuencia continua
según la intensidad de ciertas líneas de absorción. Las observaciones
proporcionan datos de las edades de las diferentes estrellas y de sus
grados de desarrollo.
Las diversas etapas en la secuencia de
los espectros, designadas con las letras O, B, A, F, G, K y M, permiten
una clasificación completa de todos los tipos de estrellas. Los
subíndices del 0 al 9 se utilizan para indicar las sucesiones en el
modelo dentro de cada clase.
Clase O:
Líneas del helio, el oxígeno y el
nitrógeno, además de las del hidrógeno. Comprende estrellas muy
calientes, e incluye tanto las que muestran espectros de línea brillante
del hidrógeno y el helio como las que muestran líneas oscuras de los
mismos elementos.
Clase B:
Líneas del helio alcanzan la máxima
intensidad en la subdivisión B2 y palidecen progresivamente en
subdivisiones más altas. La intensidad de las líneas del hidrógeno
aumenta de forma constante en todas las subdivisiones. Este grupo está
representado por la estrella Epsilon Orionis.
Clase A:
Comprende las llamadas estrellas de hidrógeno con espectros
dominados por las líneas de absorción del hidrógeno. Una estrella típica
de este grupo es Sirio.
Clase F:
En este grupo destacan las llamadas líneas H y K del calcio y las
líneas características del hidrógeno. Una estrella notable en esta
categoría es Delta Aquilae.
Clase G:
Comprende estrellas con fuertes líneas H y K del calcio y líneas
del hidrógeno menos fuertes. También están presentes los espectros de
muchos metales, en especial el del hierro. El Sol pertenece a este grupo
y por ello a las estrellas G se les denomina “estrellas de tipo solar”.
Clase K:
Estrellas que tienen fuertes líneas del calcio y otras que indican
la presencia de otros metales. Este grupo está tipificado por Arturo.
Clase M:
Espectros dominados por bandas que
indican la presencia de óxidos metálicos, sobre todo las del óxido de
titanio. El final violeta del espectro es menos intenso que el de las
estrellas K. La estrella Betelgeuse es típica de este grupo.
Las estrellas más grandes que se
conocen son las supergigantes, con diámetros unas 400 veces mayores que
el del Sol, en tanto que las estrellas conocidas como “enanas blancas”
pueden tener diámetros de sólo una centésima del Sol. Sin embargo, las
estrellas gigantes suelen ser difusas y pueden tener una masa apenas
unas 40 veces mayor que la del Sol, mientras que las enanas blancas son
muy densas a pesar de su pequeño tamaño.
Puede haber estrellas con una masa 1.000
veces mayor que la del Sol y, a escala menor, bolas de gas caliente
demasiado pequeñas para desencadenar reacciones nucleares. Un objeto que
puede ser de este tipo (una enana marrón) fue observado por primera vez
en 1987, y desde entonces se han detectado otros.
El brillo de las estrellas se describe en
términos de magnitud. Las estrellas más brillantes pueden ser hasta
1.000.000 de veces más brillantes que el Sol; las enanas blancas son
unas 1.000 veces menos brillantes.
Las clases establecidas por Annie Jump Cannon se identifican con colores:
- Color azul, como la estrella I Cephei
- Color blanco-azul, como la estrella Spica
- Color blanco, como la estrella Vega
- Color blanco-amarillo, como la estrella Proción
- Color amarillo, como el Sol
- Color naranja, como Arcturus
- Color rojo, como la estrella Betelgeuse.
- Color blanco-azul, como la estrella Spica
- Color blanco, como la estrella Vega
- Color blanco-amarillo, como la estrella Proción
- Color amarillo, como el Sol
- Color naranja, como Arcturus
- Color rojo, como la estrella Betelgeuse.
A menudo las estrellas se nombran usando la referencia a su tamaño y a su color: enanas blancas, gigantes rojas.
Las Estrellas Visibles
Alcor: Estrella poco brillante
perteneciente a la Osa Mayor, que forma, junto con Mizar, un sistema
doble visible a simple vista.
Aldebarán: Estrella a de la constelación
de Tauro que, con una magnitud aparente de 1,1, es una de las más
brillantes del cielo. También conocida como ojo o corazón del Toro, se
encuentra a 53 años luz de la Tierra y tiene una luminosidad 90 veces
superior a la del Sol.
Algol: Estrella b de la constelación de
Perseo. Con un período de rotación de 69 horas, es un sistema doble que
ofrece aspecto de variable, pero en realidad es una binaria eclipsante,
es decir, sus variaciones periódicas de luminosidad se deben a la
interposición mutua de sus componentes.
Arturo: Estrella a de Boyero, situada en
la prolongación de la cola de la Osa Mayor. De tipo espectral K0 y
magnitud visual 0,2, tiene un diámetro 22 veces superior al del Sol.
Betelgeuse: Estrella a de la constelación
de Orión, la más brillante y roja, cuya magnitud oscila entre 0,2 y
0,9. Se trata de una variable semirregular, con un período de 2,07 días.
Cabra: Estrella más brillante de la
constelación del Cochero, del tipo espectral G, y la cuarta del cielo
por su luminosidad aparente de 0,2.
Cabrillas: Estrellas visibles del grupo de las Pléyades.
Canícula.: Estrella más brillante del Can Mayor, llamada Sirio en la actualidad.
Capella o Capela: Estrella principal de la constelación del Cochero, de magnitud 1.
Cástor: Estrella a de la constelación de
Géminis. Es una estrella doble, con un período de 350 años, y sus
componentes tienen magnitudes de 2 y 2,9, respectivamente.
Deneb: Estrella a de la constelación del Cisne. Es una supergigante, de magnitud 1,3, situada a 1.000 a.l. de la Tierra.
Denébola: Segunda estrella más importante (b) de la constelación de Leo, de magnitud 2.
Espiga: Estrella principal de la
constelación de Virgo. Se trata de un sistema doble con un periodo de 4
días. Situada a unos 160 a.l. de la Tierra, presenta una magnitud de
1,21 y pertenece al tipo espectral B2.
Estrella Polar: Estrella situada a menos
de 1° del polo celeste boreal y que constituye una referencia útil para
localizar la dirección del norte. En la actualidad es una estrella de
magnitud 2 situada en la constelación de la Osa Menor. Sin embargo, a
causa de la precesión, hacia el año 13.000 esta posición estará ocupada
por la estrella Vega.
Formalhaut: Estrella principal de la
constelación del Pez Austral. Situada a 23 a.l., tiene una magnitud de
1,3 y pertenece a la clase espectral A3. Es visible desde el hemisferio
norte en otoño.
Lince o Lynx: (Alpha Lyncis) Estrella de
tercera magnitud, la más brillante de la constelación del mismo nombre,
situada en el hemisferio norte, entre las del Cochero y la Osa Mayor, al
sur de la Jirafa y al norte de Cáncer.
Markab: Estrella a de la constelación de Perseo, perteneciente al tipo espectral A y cuya magnitud tiene un valor de 2,6.
Menkar: Estrella a de la constelación de
la Ballena, que tiene una magnitud 2 y forma una figura triangular con
Aldebarán y Rigel.
Mira Ceti: Estrella de tipo espectral M,
perteneciente a la constelación de la Ballena. Constituye el prototipo
de las estrellas variables de largo período, con amplitudes y períodos
irregulares.
Mirach o Mirak: Estrella de tipo espectral M y de magnitud 2,4, perteneciente a la constelación de Andrómeda.
Mirfak: Estrella a de la constelación de Perseo. Pertenece a la clase espectral F y tiene una magnitud de 1,9.
Mizar: Estrella doble zeta de la Osa
Mayor, que junto con Alcor forma una pareja visible a simple vista.
Pertenece al tipo espectral A y tiene una magnitud de 2,4. Está formada
por dos componentes desiguales con una separación de 14,5°.
Perla: Estrella a de la constelación de
la Corona Boreal, situada a 72 años luz de la Tierra. Posee una
compañera que gira a su alrededor con un período de 17,4 días.
Pollux o Pólux: Estrella perteneciente a
la constelación de Géminis, situada a 35 años luz, con una magnitud de
1,2 y una luminosidad unas 34 veces mayor que la del Sol.
Proción: Estrella a de la constelación
del Can Menor, situada a 11 años luz de la Tierra y perteneciente al
tipo espectral F. Con una magnitud de 0,5, presenta un movimiento propio
notable (1,25″ por año) y forma un sistema binario con una compañera de
magnitud 13,5.
Régulo: Estrella a de la constelación de
Leo, situada a 67 años luz de la Tierra. Tiene una magnitud de 1,3 y
pertenece al tipo espectral B.
Rigel: Estrella b de la constelación de
Orión, situada a 540 años luz de la Tierra. Tiene una magnitud de 0,34 y
pertenece al tipo espectral B.
RR Lira: Estrella variable, prototipo de la clase de estrellas cefeidas pulsantes.
Rukbah: Estrella de magnitud 2,8 perteneciente a la constelación de Casiopea.
Scheat: Estrella b de la constelación de Pegaso, de magnitud 2,6 y perteneciente al tipo espectral M.
Schédir, Shédar o Shédir.: Estrella a de
la constelación de Casiopea. Es una variable perteneciente al tipo
espectral K, cuya magnitud oscila entre 2,1 y 2,6.
Sirio: Estrella a del Can Mayor, la más
brillante del cielo (magnitud 1,58). Pertenece al tipo espectral A y
forma un sistema doble con otra estrella enana blanca (Sirio B), de
período 50 años.
Sirrah: Estrella a de la constelación de Andrómeda, de magnitud 2,2 y perteneciente al tipo espectral A.
Tolimán: Estrella a de la constelación de
Centauro. Se trata de un sistema doble, en que una de las componentes
es muy semejante al Sol.
Trapecio: Estrella q múltiple de la
constelación de Orión, cuyas cuatro componentes principales tienen
magnitudes 6, 7, 7 y 7,5, inmersa en la Gran Nebulosa de Orión (M 42).
Vega: Estrella a de la constelación de la
Lira, la más brillante del cielo boreal. Situada a 26 años luz de la
Tierra, pertenece al tipo espectral A y tiene una magnitud de 0,14. Fue
estrella polar hace 14.000 años y lo será nuevamente dentro de 12.000.
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