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su utilidad y cómo fue construida. En este informe especial intentaremos dar algunas respuestas e buscaremos acercarnos al misterio que aún parece encerrar este maravilloso enclave inca.
¿QUIÉN
DESCUBRIÓ MACHU PICCHU?
Hiram
Bingham
Oficialmente, el descubridor de Machu Picchu para el mundo occidental fue el explorador estadounidense Hiram Bingham, quien el 24 de julio de 1911 llegó a estas tierras gracias a los comentarios que había escuchado en el Cusco sobre una oculta ciudadela inca. Es decir, muchos pobladores del Cusco, conocían de antemano esta ciudadela, es más, se dice que cuando Bingham llegó a Machu Picchu, se encontró con dos familias que vivían allí: los Recharte y los Álvarez, quienes continuaban sembrando y cosechando los andenes incas, es más, uno de los niños de la familia Recharte, fue quien llevó a Bingham, a la zona urbana de la ciudadela, que en ese entonces, como casi todo en Machu Picchu, se encontraba oculto en la maleza.
Bingham
vio al instante el valor de lo que tenía delante de él, y supo desde un
principio que aquella ciudadela inca debía darse a conocer al mundo, por ello,
gestionó los auspicios de la Universidad de Yale, de la National Geographic Society
y del gobierno peruano para iniciar de inmediato las excavaciones y estudios
científicos de este enclave inca. Es así como luego de diversas excavaciones y
de quitar la maleza de la zona, Machu Picchu fue dada a conocer al mundo en
1913 en un artículo en la revista National Geographic, causando y despertando
el interés no sólo fuera del Perú, sino incluso, dentro del propio país, cuyos
pobladores, en su mayoría desconocían el importante hallazgo que se estaba
develando en ese momento.
Sin
embargo, la polémica sobre el descubrimiento de Machu Picchu, surgió justamente
con el hallazgo de importantes piezas arqueológicas dentro de la ciudadela
inca, pues el gobierno del entonces presidente Guillermo Billinghurst, le
permitió a Bingham, el envío a
la Universidad de Yale de los Estados Unidos
de todas las piezas que se encontraran en las excavaciones, entre 1912 y 1915,
para su estudio e investigación. Estos hallazgos incluían diversas piezas de
oro y plata, ceramios, jarrones e incluso, restos humanos.
Ahora
bien, el permiso dado por el gobierno peruano, indicaba que las piezas enviadas
a la Universidad de Yale debían regresar al país luego de 18 meses (año y
medio), sin embargo, luego de más de 100 años, las cerca de 40 mil piezas que
se extrajeron del Cusco y que fueron a parar a la mencionada universidad
estadounidense no han sido devueltas en su totalidad, aduciendo que éstas por
su valor histórico no pertenecen al Perú sino a la Humanidad.
Augusto
Berns
Recientemente,
el investigador estadounidense Paolo Greer, realizó un estudio en la que
revelaba que el descubridor de Machu Picchu no se realizó en 1911 por Hiram
Bingham, sino que esto ocurrió 44 años antes, en 1867, y por un empresario
alemán llamado Augusto Berns.
Según
Greer, Augusto Berns llegó al Cusco en 1867 para realizar diversos trabajos de
excavación para un nuevo proyecto ferroviario en el país. Este empresario
alemán habría conseguido comprar cerca de 45 kilómetros de tierra frente a
Machu Picchu, con el fin de vender durmientes, que son los maderos usados
entonces para unir los rieles de las vías del tren. Y fue justamente en esta
deforestación cuando se topó con la ciudadela inca. Según las investigaciones
de Greer, Berns se quedó tres años investigando la ciudadela Inca, sin darla a conocer
al mundo. Había encontrado, al parecer, su propio tesoro personal.
Luego
de fracasar en su proyecto ferroviario y la de una minera que creó en el país,
Berns dejó el Perú en 1870, sin embargo, decidió regresar en 1880, según dice
Greer, para aprovechar al máximo los restos arqueológicos que pudo encontrar en
los tres años en los que estuvo investigando la ciudadela de Machu Picchu. Para
ello fundó la Compañía Anónima Explotadora de las Huacas del Inca, empresa que
contó con el apoyo del gobierno peruano permitiendo al comerciante alemán
extraer, sustraer o exportar, todo el material arqueológico que llegara a
encontrar durante sus excavaciones, en tanto que éste, se comprometía a
entregarle al gobierno, el 10 por ciento de las ventas que podría obtener con
las ventas de las reliquias. En la lista de “socios” de Berns, figuran diversas
figuras de importancia social de la época, así como políticos y altos
funcionarios del gobierno, asimismo, Greer descubrió una lista de 57 nombres de
diversas nacionalidades, que podrían ser los clientes de la compañía del
empresario alemán. Sea como fuere, el investigador no pudo determinar cuántas
piezas logró vender el empresario alemán, ni tampoco, la ganancia económica que
obtuvo con esta compañía.
Agustín
Lizárraga
Lejos
de todas las historias de aprovechamiento por el descubrimiento de Machu Picchu
y de los posteriores saqueos ya sean por ambiciones científicas o financieras
que suscitó este hallazgo, vale destacar en este punto la figura de Agustín
Lizárraga, agricultor cusqueño, de quien se dice fue el primer descubridor de
esta ciudadela inca.
Se
dice que Lizárraga descubrió la ciudadela inca el 14 de julio de 1902,
acompañado de los también cusqueños Gabino Sánchez, Enrique Palma y Justo
Ochoa. Es más, como prueba de ello, está la inscripción de sus nombres y de la
fecha del descubrimiento en uno de los muros del Templo de las Tres Ventanas,
hecho que fue recogido por el propio Bingham en una fotografía. Lizárraga no
ocultó su hallazgo y siempre estuvo dispuesto a guiar a las personas que
querían conocer esta ciudadela inca, es más, se dice que fueron las historias
del propio Lizárraga por las que Hiram Bingham pudo llegar a Machu Picchu.
Lizárraga murió ahogado en el río Vilcanota en febrero de 1912, y sin
universidades, revistas, o presidentes que los respaldaran, murió sin poder
reclamar el descubrimiento de Machu Picchu, como suyo.
EL
VERDADERO NOMBRE DE MACHU PICCHU
Desde
su descubrimiento en 1911 a la fecha, la ciudadela inca siempre fue llamada
como Machu Picchu, que significa Montaña Vieja (Machu que significa anciano y
Picchu que significa montaña), sin embargo, recientes estudios señalan que este
no sería el verdadero nombre con el que Machu Picchu fue conocido en tiempos
del incanato.
Según
la historiadora española, Mari Carmen Martin Rubio, basándose en un texto
ubicado en el capítulo XXXII de la Suma y narración de los Incas, crónica de
Juan de Betanzos, en realidad Machu Picchu se habría llamado Patallaqta,
vocablo quechua que significa escalón (pata) y ciudad o pueblo (llaqta). Es
decir, la Ciudad Escalón o Ciudad de la escalera, calificación que va más
acorde con la construcción de la ciudadela inca debido a los grandes andenes
construidos para ganar terreno a las montañas.
Es
más, Martin Rubio señala que la palabra Machu Picchu, en realidad no
significaría Montaña Vieja puesto que montaña en quechua se dice orqo y Picchu
es un derivado de la palabra “pico”, en castellano.
Martin
Rubio basa su investigación en el hallazgo de 82 capítulos de la Suma y
narración de los Incas, escrita en 1551 por Juan de Betanzos y que se
encuentran en la biblioteca Bartolomé March de Palma de Mallorca. En estas
crónicas se habla sobre la conquista española vista desde el punto de vista de
los incas. En este documento se dice que Pachacútec, (constructor de Machu
Picchu) habría pedido ser enterrado en "sus casas de Patallaqta",
ubicado en la ceja de selva.
Diversos
historiadores han comenzado a respaldar esta hipótesis como es el caso del
historiador peruano Federico Kaufmann Doig, que considera a Patallaqta como el
posible nombre original de la fortaleza. Luis Guillermo Lumbreras, por su
parte, también reafirmó dicha tesis, al asegurar que en las ruinas de Machu
Picchu “existen bóvedas para un enterramiento importante”.
¿Dónde
está enterrado Pachacútec?
Sin
embargo, lo curioso es que al parecer, el cuerpo de Pachacútec nunca fue
enterrado en Machu Picchu. Hay diversas teorías y crónicas de la colonia que
hablan que Pachacútec pidió ser enterrado por ejemplo, en el Templo del
Coricancha en el Cusco, es más, fue allí donde Polo de Ondegardo, encontró la
momia de Pachacútec y la llevó a Lima, donde la vio el inca Garcilaso de la
Vega. Es más, hay teorías que señalan que el cuerpo de Pachacútec estaría
enterrado en un hospital de Lima, para ser precisos en el hospital San Andrés,
ubicado en el Centro de Lima.
¿POR
QUÉ SE CONSTRUYÓ MACHU PICCHU?
Otro
de los enigmas que suscita esta maravillosa ciudadela inca, es la de su uso, es
decir, ¿para qué fue construida? Para esta pregunta, hay muchas respuestas y
todas ellas son tan válidas como las otras, acá dejamos algunas de las
hipótesis más importantes.
El
arqueólogo e investigador peruano de la cultura inca, Luis Guillermo Lumbreras,
sostiene que Machu Picchu fue construido como un gran mausoleo para el Inca
Pachacútec. Lumbreras dice lo siguiente:
“Creemos,
y los documentos del siglo XVI así lo revelan, que era un santuario dedicado a
los muertos. Especialmente a un muerto: Pachacútec, el gran gobernante que
mandó construir el lugar. Las crónicas sostienen que allí había una cripta
principal que guardaba esta momia que luego fue llevada por los españoles a Lima.
Sostenemos esto, además, debido a que hay otras cinco criptas [no tumbas],
cinco lugares donde se ha excavado en las rocas y se ha habilitado espacios
para guardar momias”.
Por
su parte, el arqueólogo Federico Kauffman, sostiene que la ciudadela fue construida
no como un mausoleo sino como un centro de administración Inca que buscaba
ampliar las zonas de cultivos del Imperio incaico. Kauffman dice lo siguiente:
“Se
habla de que Machu Picchu fue un palacio que mandó levantar Pachacútec. Esa
teoría me desconcierta, es seguramente recogida de documentos del siglo XVII en
que se dice que todas las edificaciones son palacios… los incas no tenían
palacios, sino centros de administración. Estos, a su vez, eran sedes de culto.
Para mí, Machu Picchu fue levantado, al igual que otros pequeños centros de
toda esa comarca, bajo un proyecto estatal de los incas cusqueños para buscar
ampliar su frontera agraria. Ello para enriquecer la alimentación de los
habitantes de los Andes, para proveer el sustento de la población. Entonces,
era un centro de administración para la producción de alimentos, además de sede
de cultos y ceremonias dirigidas a propiciar buenas cosechas y a exorcizar las
inclemencias climáticas como los fenómenos de El Niño, por ejemplo. Fue un
experimento interesante, solo que se dio a última hora”.
En
tanto, Fernando Astete, jefe del parque arqueológico de Machu Picchu, sostiene
que la ciudadela fue creada con el propósito de ser un nexo imperial entre los
Andes y la selva alta del Tahuantinsuyo. Esto es lo que sostiene:
“Fue
un centro religioso, político y administrativo. Es lo que hoy sería una capital
provincial, cuya función era la de administrar un gran territorio. Era el nexo
entre los Andes y todo lo que es la selva alta. Se eligió el sitio por la gran
diversidad de elementos que había alrededor. Así, de la sierra se
intercambiaban los tubérculos y la carne de los camélidos sudamericanos. La
selva daba coca, chonta, plantas medicinales. Además a Machu Picchu llegan
entre seis y ocho caminos, es un nexo. Así, nosotros nos oponemos a teorías de
arqueólogos norteamericanos que dicen que fue el ‘Camp David’ [zona de descanso
del presidente de EE.UU.] de Pachacútec, o sea, su lugar de esparcimiento”.
Por
otro lado, Mariana Mould de Pease, historiadora de la conservación cultural del
Perú; y Julinho Zapata, arqueólogo y antropólogo; consideran que Machu Picchu
estuvo más relacionado a la religión del imperio incaico. Mould de Pese cree
que Machu Picchu se construyó para “cumplir una función de culto, de respiro
espiritual, un espacio sagrado del gobierno inca desde el Cusco, donde hacían
ceremonias religiosas”. Por su parte, Julinho Zapata, sugiere que la ciudadela
“era un santuario religioso”, señala que la evidencia está en las 32 huacas que
se construyeron en el complejo. “Además, el lugar está rodeado por apus
tutelares y la Pacarina, que es un nevado de la cadena del Salcantay”,
sostiene.
¿CÓMO
SE CONSTRUYÓ MACHU PICCHU?
Quienes
hemos tenido la oportunidad de visitar la ciudadela inca, nos hemos quedado
maravillado no sólo por su belleza, sino, y visto más profundamente, por lo
complicada que al parecer fue su construcción. Rodeada de cerros de la cadena
montañosa del Vilcabamba y flaqueada por el río Urubamba, los constructores de
esta ciudadela debieron ingeniárselas para levantar o arrastrar, gigantescos
bloques de piedra, para su construcción.
Pero
no sólo era el trabajo de mover las piedras, lo cual ya era un imposible para
una sociedad que no usaba la rueda y que si la hubiera descubierto, hubiera
sido inútil en un terreno tan abrupto como el mencionado, sino también por el
trabajo que realizaron con esas piedras, un trabajo de tallado y de ajuste
perfectos para la construcción de los muros o de los templos como puede ser el
caso de las llamadas Tres Ventanas, todos estos elementos hacen de la
construcción de Machu Picchu, un verdadero misterio, una construcción casi
imposible de imitar incluso en nuestros días.
En
cuanto a los elementos de construcción, se dice que se usó la piedra del lugar,
es decir, que la zona de Machu Picchu era una excelente cantera, sin embargo,
¿cómo trasladaron esas piedras hasta la zona de trabajo?, las hipótesis más
aceptadas señalan que todo fue hecho por la combinación de sogas y el trabajo
del hombre y de bestias de cargas como las llamas.
Algunas
de las piedras eran jaladas por los trabajadores con cuerdas, a su vez, estas
piedras, por lo menos las más pesadas, eran arrastradas sobre rodillos de
madera, y en cuando a cómo eran levantadas, se dice que para eso se usaron
rampas de piedra para subirlos. En cuanto a los bloques más pequeños, estos
podían ser trasladados por los propios hombres, cargándolos en el hombro, o
usando animales como las llamas.
Así
mismo, se estima que los incas tenían un amplio conocimiento en técnicas de
construcción avanzadas como la nivelación, la medición de ángulos y distancias,
entre otras. También se dice que conocían las medidas del pie, la de la mano y
de brazadas. En cuanto al trabajo de la piedra para su tallado se usaban
herramientas sencillas como el martillo y el hacha de piedra, o con el hiwaya,
una piedra redonda más dura que cualquier otra roca que pudo ser la herramienta
del aplanado de las rocas. Todo esto significó una gran labor que debió
necesitar mucho esfuerzo y tiempo para los constructores pero que les resultaba
sumamente efectivo.
En
cuanto a las herramientas usadas para encajar perfectamente un bloque de piedra
sobre otro, se dice que esto se hizo mediante una operación de desgaste, quizá
poniendo arena en los intersticios o espacios vacíos entre las rocas para
determinar qué punto específico debía ser lijado y así lograr un encajamiento
perfecto entre las piedras.
Sin
embargo, para muchos, estas teorías no pueden explicar de manera completa lo
difícil de la construcción de esta ciudadela. Para algunos investigadores, los
incas debieron conocer algún método mucho más complejo que al día de hoy se ha
perdido en el tiempo. ¿Cómo lograron la unión perfecta de las piedras, sin
conocer ningún tipo de argamasa o método de “pegado”? ¿Cómo se juntaron estas
piedras de tal manera que ha logrado sobrevivir a las inclemencias del tiempo y
de la naturaleza más de cien años? ¿Con que conocimientos arquitectónicos,
pudieron construir templos como de las Tres Ventanas o del Sol? Preguntas que
aún quedan, al parecer, sin una respuesta que pueda convencer a todos.
TEORÍAS
ALTERNATIVAS SOBRE EL ORIGEN DE MACHU PICCHU
El
enigma de Machu Picchu, sobre todo aquellas preguntas referidas a su
construcción ha llevado a muchos a sugerir que los constructores de Machu
Picchu tenían conocimientos hoy ocultos u olvidados pero que en esos tiempos
les sirvieron para realizar tal maravilla arquitectónica. En este capítulo
vamos a repasar esas otras respuestas, polémicas todas, pero que de alguna
manera han intentado explicar el origen de esta maravillosa ciudadela Inca.
Machu
Picchu y la Atlántida
Una
de estas teorías sostiene que Machu Picchu pudo ser construida por los
sobrevivientes de la mítica ciudad de la Atlántida, dicen, que cuando la
Atlántida fue destruida, los sobrevivientes de esas culturas pudieron llegar a
Sudamérica, y específicamente, a los Andes, en donde pudieron compartir con los
nativos de esta zona toda su tecnología y todos sus conocimientos científicos,
hecho que luego permitiría la construcción de grandes proezas de la
arquitectura antigua como lo es Machu Picchu. Sin embargo, creer en esta teoría
significa en principio, creer en la existencia de un mundo o país llamado
Atlántida (dado a conocer en la obra de Platón, Timeo y Criteas, escrita en el
siglo V antes de Cristo), certificar su destrucción y la llegada de sus
supuestos ciudadanos a América, ahora bien, dado que los orígenes de la
Atlántida se remontan a los años 638 a 558 antes de Cristo, y que la
construcción de Machu Picchu, es datada en tiempos de Pachacútec, alrededor de
1450, las posibilidades de que ambas civilizaciones se hallan encontrado son
nulas.
El
ayaconchi para ensamblar los bloques de piedras
Esta
teoría tiene que ver con lo difícil que debió resultar para el hombre del
incanato realizar las labores arquitectónicas, vistas por ejemplo, en Machu
Picchu, y es que al parecer, la dificultad de que un hombre pueda levantar
tales bloques de piedra y de tallarlas de manera tan perfecta, con mayor o
menor ingenio, han llevado a muchos a sugerir que los incas tenían un
conocimiento secreto, o más aún, mágico.
Esta
teoría dice que los sabios incas conocían una especie de preparado llamado
“ayaconchi”, que se lograba con la mezcla de varias plantas misteriosas y que
tenía la propiedad de ablandar las piedras lo que permitía que estas pudieran
ser levantadas con facilidad y moldearse a voluntad. Algunas personas han
tomado como ciertas estas explicaciones y han lanzado incluso las propuestas de
qué tipo de plantas pudieron haberse utilizado para esta receta mágica.
La
caja negra de Edward Leedskalnin
Otra
de las teorías más polémicas es que Machu Picchu se hizo utilizando algún tipo
de tecnología sobrenatural. Esto nace de la experiencia del estadounidense
Edward Leedskalnin, quien construyó el llamado Castillo de Coral, ubicado en
Florida, Estados Unidos. Según Leedskalnin, construyó este castillo, que está
compuesto por varios bloques de piedras, algunas de ellas de más de 9 toneladas
sobrepuestas una sobre otra, con una sola mano y usando una extraña máquina que
consistía en el uso de un trípode de madera de pino con cadenas y una
misteriosa caja negra, que según él, tenía la facultad de hacer que las piedras
no pesen, es decir, que sean fácilmente manipulables. Esto llevó a decir a
muchos que aquel secreto con que Leedskalnin construyó su castillo, fácilmente
pudo haber sido aplicable en construcciones magníficas de piedra de la
antigüedad como las pirámides de Egipto, y por supuesto, Machu Picchu.
Hemos
reflejado acá algunos de los misterios que encierra esta ciudadela inca,
maravilla del mundo, seguramente hemos dejado algunos otros misterios en el
tintero, que fácilmente pueden formar parte de otro informe especial. Para
aquellos que conocemos Machu Picchu, podemos decir que esta ciudadela es mucho
más que un importante pedazo de historia del Perú, es la demostración de lo que
una civilización pudo ser capaz de crear, del ingenio del hombre antiguo, y de
que es posible construir grandes maravillas arquitectónicas, respetando y
conviviendo mano a mano con la naturaleza.
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