
roca o de hielo, tendrían un tamaño algo superior al de nuestro planeta (1,4 y 1,6 veces el radio terrestre) y, por la distancia a la que orbitan en torno a su estrella, recibirían de ella una cantidad de radiación similar a la que reciben Venus y Marte del Sol
Poco a poco, los científicos no solo están desentrañando cómo es la población de planetas en torno a otras estrellas (cuya misma existencia se desconocía hace menos de 20 años), sino que están estrechando el cerco al objetivo de encontrar mundos lo más parecidos al nuestro por su composición y condiciones.

Los planetas Kepler-62f y Kepler-62e son los dos más exteriores de los cinco descubiertos en torno a ese astro. “Por lo que podemos afirmar, dado su radio y su período orbital, estos dos planetas son los objetos más parecidos a la Tierra que hemos encontrado”, afirma uno de los astrónomos del equipo, Justin Crepp, de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos. “Los modelos teóricos del Kepler-62e y Kepler-62f […] sugieren que ambos planetas podrían ser sólidos: ya sea de una composición rocosa o de agua helada, en su mayor parte”, escriben los investigadores en su artículo de Science.
Los cinco planetas tardan en cumplir una vuelta a su sol entre seis días (el más cercano a la estrella y, por tanto, demasiado caliente) a nueve meses. La zona habitable, explica Kerr es el rango de distancias orbitales dentro del cual funcionaría el efecto invernadero en un planeta que tuviera una atmósfera de nitrógeno, dióxido de carbono y agua, con una frontera máxima exterior de distancia a la estrella a partir de la cual el dióxido de carbono estaría congelado y otra interior en el que la atmósfera se recalentaría en exceso, como en Venus. De los cinco exoplanetas descubiertos ahora, solo el Kepler-62f, con 1,4 veces el radio terrestre, está en este rango habitable estricto, mientras que el Kepler-62e, más cercano al astro, se escapa un poco fuera de la zona definida.
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